lunes, 30 de marzo de 2020

Usa esta mascarilla de piña y ¡Dile adiós a la piel grasosa!

tienes tendencia a piel mixta a grasa, y quieres eliminar de una vez esta molesta sensación, que además puede traer la obstrucción de los poros y la aparición de acné, la piña es un aliado indispensable.
La piña tiene muchas propiedades homogeneizantes y también contribuye a cerrar los poros abiertos del rostro y a darle firmeza, ya que estimula la producción de colágeno natural.

Pero si lo que quieres sólo es cerrar esos poros de forma rápida, te recomendamos que apliques el zumo de esta fruta tropical sobre tu rostro limpio y lo dejes actuar por unos diez minutos.  Luego retira con agua tibia. 

Mascarilla anti grasa

Para preparar esta mascarilla necesitarás: media taza de manzana, una rodaja de piña, ramas de perejil y media taza de yogurt.

Lo primero que tienes que hacer es licuar la manzana, las ramas de perejil y la piña.  A esta mezcla añadirás el yogurt hasta que se te haga una pasta homogénea.

Aplícala sobre el rostro limpio y seco y deja actuar por unos 15 minutos. Te aconsejamos aplicarla una vez por día durante dos semanas, verás cómo produces menos grasa y los puntos negros van desapareciendo.


callos en los pies ?

Los callos son un gran problema para cualquier persona, sobretodo en los pies. ¿Has probado de todo y no se te quitan? Prueba estos remedios caseros y verás una gran diferencia.

Los callos son un problema que aparece en forma de dureza tanto en manos como en pies, normalmente como consecuencia del roce o de sufrir demasiada presión.
Cuando aparecen en un principio no provocan ninguna molestia, pero con el paso del tiempo, pueden causar dolor y dificultar el paso y las actividades más cotidianas.

¿Callos en los pies? Prueba estos poderosos remedios caseros para eliminarlos


Los callos son un problema que aparece en forma de dureza tanto en manos como en pies, normalmente como consecuencia del roce o de sufrir demasiada presión.
Cuando aparecen en un principio no provocan ninguna molestia, pero con el paso del tiempo, pueden causar dolor y dificultar el paso y las actividades más cotidianas.

Callos en los pies.
Antes de probar con algunos de los remedios caseros que te aconsejaremos, debes comprobar si tu calzado es el culpable. Un calzado excesivamente ajustado, sobre todo en las puntas, puede ser la causa de lesiones.
Debes buscar un tipo de calzado que permita que nuestros pies estén bien aireados, que sea cómodo y en el caso de los zapatos cerrados, debemos llevar siempre calcetines. Además, hay que mantener los pies limpios y secos.

La piedra pómez es una buena primera opción.
Si aún así no cambia la situación en la piel de tus pies, una opción es el uso de la pieza pómez: primero remoja tus pies en agua caliente unos 20 minutos. A continuación, utiliza la piedra pómez para raspar la dureza de lado a lado.
El limón y ajo es otra posibilidad. Así, eliminarás todas las células muertas que se hayan acumulado en el callo y ablandarás la dureza. Mezcla una cucharadita de manzanilla seca con un diente de ajo machacado y zumo de limón, y aplica directamente el resultado sobre los callos. Déjalo actuar durante unos 20 minutos y retíralo con agua tibia
La piedra pómez es una buena primera opción.
Si aún así no cambia la situación en la piel de tus pies, una opción es el uso de la pieza pómez: primero remoja tus pies en agua caliente unos 20 minutos. A continuación, utiliza la piedra pómez para raspar la dureza de lado a lado.
El limón y ajo es otra posibilidad. Así, eliminarás todas las células muertas que se hayan acumulado en el callo y ablandarás la dureza. Mezcla una cucharadita de manzanilla seca con un diente de ajo machacado y zumo de limón, y aplica directamente el resultado sobre los callos. Déjalo
El bicarbonato de sodio es otro gran aliado: para ello, tendrás que disolver en agua tibia tres cucharadas de bicarbonato de socio, y mantener tus pies en remojo durante unos 30 minutos.
Sino, usa cebolla, limón y sal, un tratamiento que acaba con las bacterias y con las células muertas que acumulan los callos. Para conseguir la solución, tendrás que cortar una rodaja de cebolla y agregarle unas gotas de zumo de limón y sal. Colócalo sobre el callo y cúbrelo con algún tipo de venda que lo mantenga sujeto durante toda la noche.
Repite cada noche el mismo procedimiento hasta que los callos desaparezcan. ¡Verás la diferencia!

Deja de lucir un rostro con manchas, aprende ha aclararlo tu misma en casa

Un rostro manchado es algo muy común en estos dias, puesto que tiene varias causas tales como los cambios hormonales y  el embarazo, pero la más comunes son las manchas dejadas por el sol, por ello te mostraremos como hacer una mascarilla con avena para aclarar el cutis.

Es bien sabido que la avena tiene grandes propiedades beneficiosas para la piel, de hecho la mascarilla que te mostraremos a continuación también te ayudaras a eliminar las incómodas manchas en las manos.

Mascarilla de avena y limón para aclarar la piel

Ingredientes

  • El zumo de un limón
  • ½ cucharada harina de avena
  • Para comenzar en un recipiente pequeño preferiblemente de vidrio, debemos agregar la harina de avena junto con el zumo de limón y mezclar bien, hasta obtener una mezcla homogénea y uniforme.
  • Posteriormente, la aplicamos en nuestro rostro con ayuda de las manos en zonas que deseemos aclarar y dejamos que actúe por aproximadamente 15 minutos, recuerda que este tratamiento no lo puedes exponer al sol por que puede seguir manchado la piel
  • UTILIZA BLOQUEADOR DURANTE EL DIA !

jueves, 19 de marzo de 2020

Mascarilla de pepino y huevo para aumentar la producción de colágeno


Mascarilla de pepino y huevo para aumentar la producción de colágeno.

Mascarilla de pepino y huevo para aumentar la producción de colágeno

Esta mascarilla natural de huevo y pepino te ayudará a aumentar la producción de colágeno en tu piel, con lo que retrasarás la aparición de arrugas y otras líneas de expresión 


Dentro de los remedios caseros las mascarillas naturales son algunas de las favoritas, pues nos permiten lucir un rostro impecable y solo es cuestión de aprovechar el tiempo en casa para disfrutarle. Te contamos cómo elaborar una mascarilla de pepino y huevo para aumentar la producción de colágeno. 

Sí, sabemos que en el mercado hay todo tipo de cremas y tratamientos para ayudar a cuidar esta parte de nuestro cuerpo, el rostro es nuestra carta de presentación, pero ¿y si probáramos más con los remedios caseros? Diversos alimentos tienen grandes propiedades para nuestra salud y no debemos olvidar que la piel es un órgano, hay que cuidarle como tal.

La mascarilla de huevo y pepino es ideal para aumentar la producción de colágeno en la piel, con lo que combatiremos la flacidez, las arrugas, líneas de expresión, además le mantendremos hidratada y tersa, por lo que se convertirá en uno de nuestros trucos de belleza favoritos. 

Veras, la combinación de huevo y pepino, los ingredientes de esta mascarilla casera, son elementos claves para que se produzca el colágeno, por ejemplo la vitamina C, aminoácidos de prolina y sílice. 

Particularmente, el pepino es un alimento rico en propiedades para la piel, además de los nutrientes antes mencionados, ayuda a tensar la piel, la refresca, la calma, funge como desinflamante y reduce los poros, por ello lo ves en toallitas desmaquillantes, cremás y otros productos de cuidado facial.

La clara de huevo no se queda atrás, aporta aminoácidos y proteínas que aumentan el recambio celular y con ello, reducen arrugas y reafirman la piel. También son ricas en antioxidantes, por lo que rejuvenecen el rostro. 

CÓMO PREPARAR LA MASCARILLA DE PEPINO Y HUEVO PARA AUMENTAR LA PRODUCCIÓN DEL COLÁGENO

Para preparar la mascarilla de pepino y huevo, el mejor truco de belleza, solo necesitarás esos ingredientes y un poquito de tiempo para disfrutarle en casa, esta es la receta a seguir:

INGREDIENTES

  • 1 pepino limpio con cáscara
  • 1 clara de huevo

PREPARACIÓN Y APLICACIÓN 

Corta el pepino y licúalo, agrega poquita agua si tienes problemas en la licuadora o si lo prefieres, pásalo al extractor de jugos, pues necesitamo su jugo. Si recurriste a la licuadora, solo deberás colarlo para obtener el líquido. Ahora, mezcla con la clara de huevo y procese a la aplicación en tu rostro. 

Para ello, primero masajea tu rostro para estimular la circulación, procura que tus manos estén limpias y tu rostro también. 

Ahora, enjuaga tu cara con agua tibia para abrir los poros y coloca la mascarilla con una brocha, evita el área debajo de los ojos y deja actuar por quince minutos. 

Enjuaga con agua tibia, casi fría y seca. 

Aplica esta mascarilla de pepino y huevo dos veces por semana y recuerda hidratar tu rostro, también consumir alimentos ricos en vitamina C, antioxidantes y tomar suficiente agua. 

viernes, 13 de marzo de 2020

Los secretos de las estrellas del porno: así se dura más en la cama

No es que sean expertos del sexo tántrico ni que conozcan técnicas milenarias, pero sí saben un par de cosas más que el resto de los mortales

Ni las estrellas del porno ni la millonaria industria que gira en torno a ellas son muy dadas a desvelar sus secretos. La mayoría de actores son reacios a cooperar con los estudios sobre el oficio, simplemente porque hay cosas que no quieren que se sepan. En general, según comenta la actriz erótica Kayden Kross a 'LiveScience', temen que el lobby anti-porno utilice sus palabras en su contra. Y, por eso, callan.

Esta falta de investigación es más que notable dada la cantidad de estereotipos, mitos e invenciones que rodean el particular trabajo de estos actores. Ni siquiera sabemos cómo son. Al respecto, la mejor respuesta que tenemos la da el autoproclamado “detective de ideas” Jon Millward. El periodista ha analizado los datos de más de 10.000 estrellas del porno y, gracias a su investigación, sabemos que la actriz media sería delgada, morena (sí, las rubias solo son el 32%), se llamaría Nikki y tendría una 90B de pechos. En cuanto a los hombres, pesaría unos 76 kilos y se llamaría David.

La parte más difícil de ser una estrella del porno es mantener la erección durante horas. Se hace bajo las circunstancias más difíciles

En el porno lo masculino domina, pues la industria está producida, financiada y dirigida por ellos. Este es el motivo por el que las mujeres aparecen más delante de la cámara. La mayoría de las escenas están rodadas para fomentar la excitación de los hombres y ello ha contribuido a crear un curioso tabú en torno al mal llamado actor secundario. Parece que lo que realmente importa es la representación de la mujer y él solo debe prestar su erección a la causa. En este sentido, quizá el mayor de los enigmas del porno sea cómo hacen para mantenerla tanto tiempo y, por ende, durar tanto en la cama.

Ellos, media hora, y el resto, ni seis minutos

En la típica escena porno, los hombres han de mantener una erección durante más de 30 minutos o, quizá, hasta una hora entera. Si nos comparamos, lo más probable es que salgamos perdiendo. Un estudio realizado en 2009, que analizó, cronómetro en mano, cuánto duraban 500 personas (entre ellas, españoles, holandeses, ingleses, turcos y estadounidenses), sigue siendo la investigación más exhaustiva y recurrente sobre el tema. Según los datos de dicha encuesta, la media se encuentra en 5,4 minutos, que, visto lo que duran en el porno, nos deja al resto en mal lugar.

En términos generales, de cuerdo con una investigación publicada en el 'Journal of Sexual Medicine', una duración aceptable sería de entre tres y siete minutos y una deseable entre siete y 13. En este periodo no están incluidos los preliminares, sino que se refieren al “tiempo de latencia intravaginal eyaculatorio” (IELT), es decir, el tiempo entre la penetración vaginal y la eyaculación. “La parte más difícil de ser una estrella del porno es mantener la erección durante horas. Se hace bajo las circunstancias más difíciles, incluyendo no sentirte sexualmente atraído hacia la actriz con la que ruedas la escena, escenarios incómodos (superficies duras, frío o demasiado calor), así como tener que parar con frecuencia para recibir las órdenes desde dirección”, asegura a la revista 'Forbes' el actor y director Seymour Butt.

Los varones que ejercitan los músculos del suelo pélvico pueden durar hasta cuatro veces más durante una sesión de sexo

Entonces, ¿cómo lo consiguen? No es que sean expertos del sexo tántrico ni que conozcan técnicas milenarias, pero sí saben un par de cosas más que el resto de los mortales. Para empezar, lo más obvio: para ser actor porno hay que tener confianza en ti mismo, en tu cuerpo y en tu rendimiento sexual. Sin esa seguridad, tu carrera en el espectáculo erótico durará dos telediarios. La confianza es un círculo vicioso: una vez observes que la cosa funciona, irá a mejor, y viceversa. Asimismo, hay quien realiza los ejercicios de Kegel para fortalecer los músculos del suelo pélvico. Según un estudio de 2015, podrían durar hasta cuatro veces más de lo normal. Se entrenan día y noche para desarrollar esa determinación, para saber cómo relajar sus músculos y, por eso, ellos mejor que nadie conocen sus orgasmos y cómo controlarlos.

Trucos o trampas?

Una de las técnicas más comunes es la de la masturbación previa. Y sí, las estrellas del porno también la utilizan. Cuando lo hacemos, aprendemos a controlar nuestro cuerpo: cómo son nuestros orgasmos, cuándo llegan y qué es lo que realmente nos excita. Si se practica, tanto hombres como mujeres pueden aprender a frenar o acelerar el clímax y, una vez en pareja, ponerlo en práctica para aguantar más. Asimismo, hay actores que eyaculan dos o tres horas antes de mantener relaciones sexuales, con tal de durar y durar hasta que el director esté satisfecho

Sin embargo, y aunque la carrera del actor porno medio dure poco (a no ser que sea una verdadera estrella), también hay quien recurre a métodos externos a su propio cuerpo. Por ejemplo, es común el uso de cremas desensibilizantes, generalmente 10 o 15 minutos antes de cada escena, pastillas retardantes, viagra o incluso caverject, un tratamiento más indicado para aquellos que sufren eyaculación precoz que para gente sana. “Los hombres a veces lo utilizan para mantener erecciones imposibles”, asegura Butt.

Los varones que ejercitan los músculos del suelo pélvico pueden durar hasta cuatro veces más durante una sesión de sexo

Entonces, ¿cómo lo consiguen? No es que sean expertos del sexo tántrico ni que conozcan técnicas milenarias, pero sí saben un par de cosas más que el resto de los mortales. Para empezar, lo más obvio: para ser actor porno hay que tener confianza en ti mismo, en tu cuerpo y en tu rendimiento sexual. Sin esa seguridad, tu carrera en el espectáculo erótico durará dos telediarios. La confianza es un círculo vicioso: una vez observes que la cosa funciona, irá a mejor, y viceversa. Asimismo, hay quien realiza los ejercicios de Kegel para fortalecer los músculos del suelo pélvico. Según un estudio de 2015, podrían durar hasta cuatro veces más de lo normal. Se entrenan día y noche para desarrollar esa determinación, para saber cómo relajar sus músculos y, por eso, ellos mejor que nadie conocen sus orgasmos y cómo controlarlos.

¿Trucos o trampas?

Una de las técnicas más comunes es la de la masturbación previa. Y sí, las estrellas del porno también la utilizan. Cuando lo hacemos, aprendemos a controlar nuestro cuerpo: cómo son nuestros orgasmos, cuándo llegan y qué es lo que realmente nos excita. Si se practica, tanto hombres como mujeres pueden aprender a frenar o acelerar el clímax y, una vez en pareja, ponerlo en práctica para aguantar más. Asimismo, hay actores que eyaculan dos o tres horas antes de mantener relaciones sexuales, con tal de durar y durar hasta que el director esté satisfecho.


Sin embargo, y aunque la carrera del actor porno medio dure poco (a no ser que sea una verdadera estrella), también hay quien recurre a métodos externos a su propio cuerpo. Por ejemplo, es común el uso de cremas desensibilizantes, generalmente 10 o 15 minutos antes de cada escena, pastillas retardantes, viagra o incluso caverject, un tratamiento más indicado para aquellos que sufren eyaculación precoz que para gente sana. “Los hombres a veces lo utilizan para mantener erecciones imposibles”, asegura Butt.

Y, por último, las técnicas propias del cine: la edición. Entre plano y plano hay parones, cortes y en más de una ocasión el espectador ve más una interpretación de ficción que una relación sexual tal y como es en la realidad. Todos sabemos que quien ve porno no lo hace para averiguar si se han saltado el eje o analizar sus otros recursos de filmación, así que disfruta, no te comas la cabeza con cuánto duran e intenta seguir alguno de estos consejos si consideras que no te quedas satisfecho y, sobre todo, pasarlo lo mejor posible.


lunes, 9 de marzo de 2020

Emociones que se transmiten a tu hijo desde el embarazo?

El modo en que el bebé se desarrolla en el vientre marcará su vida. Se sabía que el alcohol, el tabaco y una mala alimentación incidían negativamente; ahora la ciencia ha ido más allá y ha descubierto que las emociones de la madre durante el embarazo también desempeñan un papel esencial

Se sabe que el desarrollo del feto depende, en buena medida, del bienestar de la madre. De si esta practica algo de deporte, sigue una buena alimentación, no toma drogas ni alcohol. Pero, ¿y qué hay de las emociones? ¿Afectan los sentimientos de la madre al niño? Durante mucho tiempo se creyó que no, que el feto ni sentía ni padecía en el útero de su madre, felizmente protegido por la placenta. No obstante, numerosos estudios científicos realizados en las últimas décadas están poniendo de manifiesto que el estado emocional de la madre durante la gestación va a afectar la salud mental del bebé a largo plazo. Que una madre depresiva, ansiosa o estresada puede influir en el coeficiente intelectual de su hijo y predisponerlo para que tenga más riesgos de padecer problemas tales como la hiperactividad o el síndrome de déficit de atención.

Tomando conciencia

A lo largo del embarazo, el cuerpo de la mujer experimenta cambios equiparables a los de la adolescencia con la diferencia de que se producen en meses. Tras la concepción, los órganos de la madre emigran a otras regiones, se amontonan unos contra otros para dejar espacio al cigoto, que se desarrolla a velocidad de vértigo con una serie de mecanismos de diferenciación y proliferación celular, y se transforma en un organismo complejo, con tejidos altamente especializados: el bebé.

También aparecen cambios emocionales traducidos en variaciones bioquímicas, ya que las emociones se asocian a la segregación de hormonas particulares. Y aunque no se puede demostrar al ciento por ciento, existen numerosos y potentes indicios de que el desarrollo del bebé en el útero de la madre va a determinar la vida que tendrá de adulto. Y en esto se ha visto que influye la alimentación de la madre, o su estado físico, y también, su salud emocional. “Existen muchos reclamos comerciales que te dicen que el embarazo es una época muy bonita, pero desde un punto de vista estético. Sin embargo, no se hace hincapié en lo humano”, considera Anna Maria Morales, consultora certificada en lactancia y miembro fundador del centro de salud familiar Marenostrum (MareNostrumCsf.com/) en Barcelona.

“Se empuja a la gente a comprar cosas para el embarazo para estar guapas, para cuidar el cuerpo, pero se informa muy poco acerca de cómo conectar corporal y emocionalmente con el bebé, con la idea de que tienen un niño creciendo dentro y de que sus emociones van a influir en su desarrollo”, prosigue Morales, que es doula, es decir, mujeres que acompañan a otras mujeres durante el embarazo, su labor es dar soporte físico y emocional durante el parto y el puerperio.

“Durante los nueves meses de gestación, la mujer pasa por una serie de controles médicos, pero nadie le pregunta cómo está a nivel emocional o qué tal está con su pareja”, se queja Sara Jort, terapeuta Gestalt especializada en psicología perinatal. Sigmund Freud fue el primero en percatarse de la importancia de los sentimientos de las madres; se dio cuenta de que las primeras etapas de la maternidad tenían efectos a largo plazo en la psicología del niño. Y que la educación emocional de los hijos no empezaba cuando estos nacían, sino en el útero.

Hace medio siglo, se comenzaron a realizar estudios con ratas y monos para comprobar si el hecho de que las madres estuvieran altamente estresadas tenía efectos en el desarrollo de las crías. Cuatro décadas después, un equipo de investigadores del Imperial College de Londres, liderado por la psicobióloga Vivette Glover, empezó a indagar sobre la importancia de las emociones en el embarazo. Para ello, llevaron a cabo un estudio con 14.000 mujeres embarazadas. Las monitorizaron durante toda la gestación; se midió su nivel de ansiedad, de estrés y luego, se estudió durante años a los niños que nacieron. Vieron que el 15% de los hijos de las madres más estresadas y ansiosas tenían el doble de riesgo de padecer déficits de atención e hiperactividad. Además, estos niños eran más proclives a ser ansiosos y a tener problemas de conducta. Más adelante, realizaron nuevas investigaciones, esta vez con grupos más reducidos de mujeres, y corroboraron que si la madre está estresada durante el embarazo, su hijo tiene más tendencia a padecer ansiedad. Y esa tendencia es independiente de la las experiencias que tenga el crío al nacer o de las emociones que comparta con su madre después.

Educación emocional desde el útero

¿Los fetos sienten dentro del útero de la madre? Si entendemos por sentir, sentimientos tales como la tristeza, la alegría, la soledad, el miedo, no. Tal como señala el profesor de psicología de la emoción y la motivación de la UNED, Enrique García Fernández-Abascal, el feto carece de la maduración neurológica para tener las emociones que tiene un adulto. “Se requieren al menos tres meses después de nacer para que se desarrollen los tubos neurales necesarios para las emociones”, señala. Sin embargo, lo que sí tienen los fetos son sensaciones. Así, sienten bienestar, placer, saciedad, alarma, sobresalto…

El feto, de alguna manera, percibe las emociones de la madre. Y eso es muy positivo puesto que le da al bebé un abanico de experiencias sensoriales necesarias para enfrentarse a la vida, desde la alegría, hasta la rabia o la tristeza. “Las emociones de la madre son un gran regulador de la fisiología de ella y del bebé. Las que son positivas, por ejemplo, generan una atenuación del sistema cardiovascular y una activación y refuerzo del sistema inmune. Es decir, que cuanto más alegres estamos, más vacunados, de alguna manera, estaremos contra el catarro –comenta Enrique García–. En cambio, cuando nos embargan las emociones negativas, segregamos hormonas tóxicas, el corazón se nos acelera y se deprime el sistema inmune, lo que nos deja más vulnerables ante las enfermedades”.

De ahí que sea esencial que la madre establezca vínculos con el niño desde el primer momento de la concepción. Con un gesto tan habitual en las embarazadas como tocarse la barriga, acariciarse, el feto recibe una experiencia positiva sensorial; conecta con la madre y se produce una respuesta bioquímica de placer, que se traduce en la segregación de hormonas que ayudan a establecer ese vínculo entre ambos.

“Eso no quiere decir que la madre tenga que pasar por el embarazo sin sentir o sintiendo sólo cosas positivas. Hay que sentir felicidad pero también estrés, todo en su justa medida, porque ambas son necesarias. El problema radica en cuando las negativas se cronifican –señala Enrique García, experto en psicología perinatal–. No es malo que la madre se enfade, pero sí que lo esté todo el día, todos los días. La educación emocional del niño empieza en el útero”.

Protección emocional

La placenta funciona como una especie de envoltura protectora. No obstante, estados de emociones negativas continuados pueden afectar su función, sobre todo el estrés. Cuando la madre se encuentra en una situación estresante, se produce en su organismo una cascada bioquímica. Todo empieza en el hipotálamo, que produce una hormona llamada CRH, factor de liberación de corticotropina; ésta le manda a la pituitaria que, a su vez, produce otra hormona, la ACTH o adrenocorticotropa, que ordena a las glándulas suprarrenales que segreguen cortisol. Éste hace que se libere glucosa en sangre, que va hacia los músculos, los dota de energía y los prepara por si es necesario salir pitando o pelear. En realidad, la aparición del estrés es el resultado de una estrategia evolutiva necesaria para enfrentarnos a los peligros de la vida. Si no se liberaran en nuestro organismo todas estas hormonas que nos ponen en alerta, seguramente nos hubiéramos extinguido hace mucho tiempo, quizás devorados por algún animal.

Una vez acaba la situación que producía estrés, el cuerpo recupera los niveles hormonales habituales y el organismo vuelve a su estado normal. La placenta actúa como filtro e impide que el cortisol, que es tóxico, llegue al feto. No obstante, cuando los niveles de esta hormona en la madre son muy elevados, consiguen atravesar esta barrera y disparan la respuesta de alerta en el feto. Puede que también sea una herramienta con que nos ha dotado la evolución para prepararnos para enfrentarnos al mundo exterior con que vamos a tener que lidiar. De manera que si el estrés aparece en momentos concretos, es beneficioso. Sin embargo, cuando las situaciones de estrés son prolongadas, aparecen los problemas de manera más marcada. Si la madre está sumamente estresada, el bebé recibe el mensaje de que deberá hacer frente a un entorno peligroso. Eso los hace mucho más prontos a reaccionar; suelen ser niños más susceptibles a llorar, a estresarse, a sentir ansiedad.

Asimismo, tal y como el equipo de neurocientíficos del Imperial College de Londres ha comprobado, existen indicios de que niveles altos de cortisol afectan al desarrollo cerebral del bebé durante todo el embarazo. Durante los primeros meses, que es cuando las células cerebrales se mueven hasta hallar su ubicación definitiva, se cree que el cortisol puede llegar a afectar ese movimiento. Si los ataques de ansiedad y estrés suceden en los últimos meses de gestación, se eleva el riesgo de que el niño padezca síndrome de déficit de atención o hiperactividad.

Es más, al parecer, la ansiedad de la madre hace que se reduzca el flujo sanguíneo que le llega al feto, por lo que éste dispone de menos nutrientes para formarse; Vivette Glover afirma que, además, cuanto más alto es el nivel de cortisol en el líquido amniótico que rodea al niño en la placenta, más bajo es luego el coeficiente intelectual del bebé. “Niveles altos de cortisol afectan a cerebro y al aprendizaje”, sentencia esta psicobióloga.

Así pues, podemos ayudar a los niños y futuros adultos teniendo en cuenta la salud emocional de sus madres cuando están embarazadas. Si las podemos ayudar a sentirse menos estresadas, ansiosas o deprimidas, estamos reduciendo el riesgo de que los futuros niños padezcan problemas como síndrome de déficit de atención, dificultades de aprendizaje o hiperactividad. Que, además, indica Glover, son factores de riesgo que pueden convertirse en potenciales problemas de comportamiento. A nivel social, lamenta Sara Jort, psicoterapeuta Gestalt experta en perinatal, el periodo prenatal no está bien protegido por la sociedad, que desconoce la importancia que tiene tanto para la madre como para el recién nacido. “Debería haber políticas que regularan el cuidado de la gestación y los primeros meses de maternidad”, considera Jort. Se trata de prevenir para evitar que los niños tengan trastornos cognitivos, sí, pero sobre todo para conseguir una sociedad más feliz.

También el cómo venimos a este mundo puede dejarnos huella. Los científicos han visto que las diferentes formas de nacer influyen en nosotros de manera distinta. Se han medido, por ejemplo, los niveles de cortisol en la sangre del cordón umbilical después del parto y es así como se ha descubierto que para el bebé es también un suceso muy estresante.
Para Vivette Glover, la forma menos traumática de nacer es seguramente la cesárea, aunque ello no implica, recalca, que sea la mejor, puesto que los niños que nacen por esta vía se ha visto que son los que más problemas tienen para iniciar la lactancia materna. Lo más traumático para el niño son los partos sumamente medicalizados, en que se usan fórceps o espátula. Y los partos vaginales, que se ha visto que ayudan a los niños a respirar mejor.

“Hay muchos partos de bebés que aún no están maduros. Deberíamos potenciar y apostar por el nacimiento fisiológico. A no ser que sea de extremada urgencia, por complicaciones médicas, el parto jamás debería ser inducido. El bebé debe nacer cuando decide hacerlo”, explica la doula Anna M. Morales. Cuando el parto es completamente natural, apunta esta experta, se desencadena una respuesta hormonal entre la madre y el hijo, que recibe una descarga de noradrenalina. Eso hace que, al nacer, esté en alerta, para reconocer el entorno y a su madre. Es una especie de ritual biológico para conectarse con ella. Entonces se produce la primera toma de leche y luego el pequeño duerme una serie de horas, entra en una especie de periodo letárgico. “La epidural, la cesárea o la oxitocina sintética para estimular las contracciones alteran esa primera respuesta del bebé”, asegura Morales.

En el parto, el padre también tiene un papel esencial. “Comparte con la madre una experiencia muy rica y bonita, y debe procurar que su hijo pueda iniciar la vida desde un punto de vista saludable, permitiendo que se produzca ese diálogo entre madre e hijo”, apunta la psicóloga perinatal Sara Jort. Durante el momento de la dilatación, el padre debe ayudar a la madre a sentirse bien, de manera que esta segregue oxitocina, lo que hará que el parto sea más rápido. Si la mujer tiene miedo o se estresa, hará que segregue la hormona del estrés, que inhibe la oxitocina.

Al nacer, no todos los bebés lloran igual. Se han llevado a cabo numerosos estudios y se ha visto que el llanto de los niños contiene las carac­terísticas propias del idioma en que hablan sus padres. Vamos, que un niño chino llora en chino, y uno francés, en francés. Al parecer, el feto es sumamente receptivo a las vibraciones de los sonidos. Percibe las vibraciones de la voz de su madre y también del padre. E incorporan los sonidos propios que oyen durante el embarazo. El bebé es muy sensible a la estimulación auditiva que ha recibido.

Los primeros años de vida del niño son determinantes, y van a dejar una huella indeleble sobre él. De sus vivencias tempranas va a depender en buena medida cómo será esa persona de adulto. Por ejemplo, a nivel neurológico, un bebé que llora y que no es atendido se estresa, aumenta el cortisol en su cerebro, que es tóxico, y eso hace que se establezcan más fácilmente conexiones neuronales de ansiedad que en bebés que cuando lloran son reconfortados. Y es que, al nacer, el niño sólo cuenta con un 25% de su cerebro en marcha y las habilidades que posee están limitadas a las que necesita para la supervivencia. Tan sólo durante el primer año se establecen nada menos que cien mil millones de conexiones sinápticas. De ahí que desde diferentes ámbitos de la neurociencia y la psicología, se señale que los siete primeros años de vida son esenciales para el niño, ya que desarrolla los sistemas cognitivos de aprendizaje


viernes, 6 de marzo de 2020

13 cosas que no debes hacer , si eres padre o madre de adolescentes

La adolescencia es una etapa llena de muchos cambios y retos para todos. Comenzando por el propio adolescente, que está pasando por una etapa transformadora en la que comienza a definir su identidad, hasta el resto de la familia, que deberá acompañarlo de la mejor forma posible durante su adolescencia.

Si bien los padres continuamos siendo sus guías y responsables, durante esta etapa hay muchas cosas que cambiarán de acuerdo a la evolución de ellos y hay algunas que deberemos tener cuidado de evitar. Te compartimos 13 cosas que no debes hacer si eres padre o madre de un adolescente.

Hacer comentarios negativos sobre su cuerpo

La adolescencia es una etapa llena de grandes cambios físicos y psicológicos. Los adolescentes ahora se encuentran descubriéndose a sí mismos y tratando de comprender la transformación por la que están pasando. Un tema que puede ser difícil para ellos, son los cambios físicos que se presentan en esta etapa.

Por ello, debemos evitar hacer cualquier comentario negativo acerca de su cuerpo, ya que esta es una etapa complicada por todos lo cambios físicos que está experimentando. Recordemos que durante la adolescencia, es cuando pueden comenzar a aparecer trastornos alimenticios, por lo que es importante cuidar cómo nos expresamos acerca de su imagen.

Exigirles más de lo apropiado

Los adolescentes ya no son unos niños, pero eso no significa que debamos tratarlos como adultos y les exijamos más de lo que pueden sus capacidades. Es cierto que como padres debemos vigilar que continúen mejorando y teniendo un buen desempeño tanto social como académico, pero debemos tener presente que en esta etapa hay muchas cosas que antes no eran tan importantes.

Desde obtener buenas notas, verse bien y encajar socialmente, nuestros adolescentes comienzan a sentir esa presión por tratar de llegar a todo. Hagamos lo posible por motivarlos a hacer las cosas bien y cumplir sus metas, pero teniendo cuidado de no exigirles más de lo apropiado.

Tratarlos de forma condescendiente

"Yo sé lo que es mejor para ti", "He elegido esto porque te conviene/queda mejor", "Yo lo hago, que tú aún no sabes de esas cosas", son algunas frases condescendientes que podemos decir a nuestros hijos, muchas veces sin mala intención. Es cierto, nosotros somos los adultos y seguramente sabemos más que ellos, pero decirles frases como éstas puede minar nuestra relación con ellos al minimizar sus capacidades de decisión y/o acción simplemente por el hecho de que sean menores de edad.

No escucharlos o interrumpirlos cuando están hablando con nosotros

Es cierto que durante la adolescencia la relación entre padres e hijos cambia, y es común que ellos pidan más espacio, comiencen a ser más reservados y deseen mayor independencia. Sin embargo, aún habrá ocasiones en que deseen compartirnos algo y como padres debemos estar siempre dispuestos a escucharlos.

No importa si se trata de algo serio o de algo que a nosotros puede parecernos absurdo. Para ellos, es importante y han elegido compartirlo con nosotros. Escuchémosles sin interrumpirles o ignorarles y dejémosles siempre claro que en nosotros tienen un espacio seguro y de confianza.

Interrogarles o forzarlos a que nos cuenten sus cosas

En este mismo tema, hay otra cosa que debemos evitar: forzarlos a que nos cuenten sus cosas o tratar de interrogarlos. Para algunos padres puede costar un poco de trabajo entender que ellos ahora pidan mayor privacidad, pero debemos entender que ellos necesitan este espacio.

Lo que sí podemos hacer, es continuar fomentando un vínculo cercano con ellos a base de respeto y amor, de modo que se sientan con la seguridad y confianza de acudir a nosotros para consultar temas importantes o contarnos las cosas que les interesan.

Evitar hablar de sexualidad con ellos

Tener "la conversación" puede ser algo inquietante o vergonzoso para algunos padres, pero no es necesario que lo hagamos como se muestra en las películas: los padres nerviosos (o demasiado serios) que le piden al hijo sentarse a conversar sobre algo muy importante ahora que ha llegado a cierta edad.

Hablar de sexualidad con nuestros hijos es algo que debemos hacer de la forma más natural posible, y no solamente durante una conversación en la que los saturemos de información y consejos, sino de forma gradual desde que son pequeños e ir enseñándoles más sobre este tema conforme vayan creciendo y desarrollándose.

Durante la adolescencia, es cuando más importante y necesario es hablar con ellos sobre sexualidad, y no porque ya pueden tener un embarazo, sino porque hacerlo les ayudará a evitar conductas sexuales de riesgo (como sexo sin protección) y favorecerá una actitud positiva y responsable ante el sexo.

Burlarnos o reírnos de sus intereses

Que si se viste de una manera, que si comienza a escuchar otro tipo de música, etcétera. La adolescencia es una etapa experimental en la que los jóvenes van definiendo sus gustos, por lo que es normal que comiencen a interesarse por otras cosas, como la ropa o cantantes que están de moda.

Admitámoslo, a veces esos nuevos gustos o intereses pueden parecernos ridículos, pero eso no significa que tengamos derecho de burlarnos o reírnos de ellos. Siempre y cuando sea seguro, permitámosles tener esta experimentación en la que poco a poco definen quiénes son.

Hacer comparaciones

A tu edad yo ya...", "¿Por qué no eres como...?". Nunca es bueno comparar a tu hijo con alguien más, ni hacerle sentir que estuvieras más orgulloso si fuera como otra persona. Pero especialmente durante la adolescencia, hacer comparaciones, solo ocasionará que sienta que hay algo mal en él o ellaalimentando las inseguridades que suelen aparecer en esta etapa.

Si lo que buscas es ayudarlo para que mejore, la única persona con la que debes compararlo es con él mismo, pues suficiente tendrá él con las presiones y cambios de esta etapa, que harán que comience a compararse con otros. Mejor, apóyalo de una manera amable y respetuosa, reafirmando todo lo positivo que hay en él.

Criticar a sus amistades o relaciones

Debido a todos los cambios físicos que están experimentando, durante la adolescencia los amigos comienzan a tomar mayor importancia al estar viviendo lo mismo que ellos, por lo que los padres comienzan a pasar a un segundo plano.

Es cierto, debemos estar atentos a la clase de personas con las que se relacionan, pero no debemos criticarlas solo por el hecho de que no nos agraden pues esto ocasionará justamente un efecto opuesto al que deseamos: se aferrarán más a ellos. Lo ideal, es educarlos para que sepan elegir de forma inteligente sus relaciones y amistades.

Darles completa libertad

Ahora, el hecho de que ya no nos necesiten tanto como antes e inicien el camino hacia la vida adulta al comenzar a tomar su propio camino, no significa que debamos dejarlos a su buena suerte y permitirles que hagan lo que deseen.

Nosotro seguimos siendo responsables de ellos en esta etapa en la que aún hay muchas dudas y también, es cuando más suelen ser vulnerables a ciertos comportamientos de riesgo para su salud, como las drogas, el alcohol, el tabaco o el sexo sin protección.

Enseñarles malos hábitos

Claro, como padres nunca buscaremos hacerle algún daño a nuestros hijos, sin embargo, esto va de la mano con el punto anterior. La adolescencia es una etapa experimental en la que descubrirán muchas cosas acerca del mundo que les rodea y también, es una etapa en la que comienzan a definir la persona que son. Probablemente tendrán su primer acercamiento con el alcohol, algo que muchos padres prefieren enseñar ellos mismos en casa.

Y aunque es bueno hablar de estas cosas antes de que las conozcan por alguien más, es importante dejarles claro las consecuencias de consumirlo. Tengamos cuidado de no caer en el error de que puedan adquirir malos hábitos, al pensar que porque nosotros bebemos ocasionalmente, significa que es algo que no tiene importancia o que deba tomarse a la ligera.

Invadir su privacidad

Actualmente es común que al llegar a la adolescencia, muchos jóvenes tengan un móvil o tablet para su uso personal. Desde luego, como padres debemos hacer lo posible por seguir cuidando el tipo de contenido al que tengan acceso, en especial en esta etapa en la apenas están comenzando a madurar psicológicamente.

Pero también debemos entender, que en esta etapa ellos comienzan a necesitar mayor privacidad y tienen derecho a tener intimidad. Leer sus mensajes a escondidas o espiar lo que hacen, no solamente es violar su intimidad, sino traicionar su confianza en nosotros y herir nuestra relación.

Lo que debemos hacer, es buscar fortalecer nuestro vínculo con ellos, a través de una comunicación clara y abiertadirigiéndonos uno al otro con respeto. Claro está, que si tenemos sospechas de que está sufriendo bullying o siendo acosado por alguien más, entonces sí que deberemos tomar cartas en el asunto.

Tratarlos como si ya no nos necesitaran

Esta es una etapa en la que dejan de ser niños y comienzan a formar su propio camino. La relación con los padres evoluciona a una menos apegada, pero el hecho de que ya acudan tanto a nosotros como cuando eran pequeños, no significa que no nos necesiten.

De hecho, durante la adolescencia es cuando más nos necesitan, y aunque puedan aparentar que desean estar solos, aún desean que les acompañemos, aunque no de forma tan cercana como en la infancia, sino a la distancia.

La adolescencia puede ser una etapa complicada o retadora para toda la familia, sin embargo, hay formas de llevarla de mejor manera, por lo que esperamos que estos consejos acerca de las cosas que no debes hacer si eres padre o madre de un adolescente los ayuden a mantener una relación respetuosa y de confianza.

Síndrome de la progenitora tóxica: ¿por qué mi madre no me quiere?

Es aquella que llega a la maternidad por caminos poco deseables. Lo ideal psicológicamente es poner distancia emocional y física

Es un tabú de nuestra sociedad aceptar que hay madres que no quieren a sus hijas, pero es más real y frecuente de lo que nos gustaría reconocer. Como todo aquello que nos resulta difícil de aceptar y digerir, tendemos a negarlo. Pero existen, vemos a sus víctimas en consulta, peleando por llenar un agujero negro de infelicidad que arrastran desde la infancia y que en la mayoría de las ocasiones, ni siquiera es consciente, porque duele nombrarlo.
La madre tóxica es una mujer que ha llegado a la maternidad por caminos poco deseables, por convencionalismos, porque así estaba diseñado su guion de vida, porque eso es lo que de ellas se esperaba. Renegar de la maternidad o simplemente ejercer el derecho a no serlo, no era, ni es, algo aprobado por la sociedad. Aquellas mujeres que han decidido libre y abiertamente no ser madres han sido miradas con recelo y suspicacia por la mayoría de su entorno. Siempre. Incluso ahora. Hablamos de una minoría valiente y coherente que decidió por sí misma cual era su voluntad y su camino. Muchas otras sin embargo, aceptaron gestar, parir y criar como algo inevitable. No es tan extraño entender, que algunas de aquellas hijas, no solo no fueran amadas incondicionalmente, sino percibidas como una molestia, un obstáculo, una rival e incluso una proyección de aquello que ellas hubieran querido ser.

Se trata en la mayoría de los casos de mujeres muy narcisistas o infantilizadas, que nunca asumieron el papel de madre y que siguen filtrando el mundo a través de su necesidad y su deseo. Otras, son mujeres amargadas, cuya vida no se parece en nada a lo que esperaban, profundamente infelices, que usan de chivo expiatorio a sus hijas proyectando en ellas el foco de su insatisfacción. Hay diferentes formas de madres tóxicas, pero todas incluyen la culpa, la manipulación, la crítica cruel, la humillación, la falta de empatía, el egocentrismo puro. Son madres que hacen saber a sus hijas que no están a la altura de lo que se espera de ellas, envidian sus éxitos, recelan su necesidad de independencia, rivalizan con ellas en un patológico escenario vital donde la víctima ni siquiera sabe que lo es.

La madre que no ama, despliega su toxicidad de diferentes formas, así nos encontramos con madres que envidian a sus hijas y tratan de anularlas, madres que sobreprotegen y absorben excesivamente para tratar de evitar el sentimiento de culpa por no haber deseado tener ese hijo, madres centradas únicamente en “la fachada” que exigen a sus hijas que encajen en un molde que ellas mismas han diseñado para exhibirse, madres que utilizan la enfermedad y el victimismo como principal estrategia de manipulación, madres dependientes que invierten los roles y hacen que sus hijas sean quienes se ocupen de su bienestar físico y emocional y madres que, por desgracia, encajarían en varios de estos guiones de película de terror.

La mayoría de las niñas que han sido criadas por este tipo de mujeres no son capaces de entender que toda su inseguridad, falta de autoestima, necesidad de aprobación, autoexigencia brutal, dificultad para la intimidad emocional y vacío profundo, procede de la falta de amor primario. Asumir que tu propia madre no te quiso y no te quiere es uno de los procesos psicológicos y emocionales más difíciles de superar y con consecuencias devastadoras en todos los órdenes de la vida. A esta indefensión crónica hay que sumarle la incomprensión de los otros, una sociedad dispuesta a mirar para otro lado ante una realidad tan antinatural. Aquellas mujeres que fueron criadas por estas madres tóxicas llegan a dudar hasta de su propia salud mental porque a años de maltrato emocional, de tortura psicológica, hay que sumarle el silencio y la falta de apoyos. Ya sabemos hoy por hoy en función de los numerosos estudios que se han hecho que la falta de amor parental crea estructuras psíquicas desorganizadas que afectan a muchas áreas de la personalidad. El rechazo y la falta de amor materno producen un estado crónico de avidez afectiva y un miedo patológico al abandono.

Durante su infancia tratará por todos los medios de ganarse la atención y la aprobación de su madre lo que derivará en una adulta que tratará por todos los medios de ganarse la atención y la aprobación del mundo. No se sentirá digna de ser querida, habrá aprendido que su valor está en lo que hace no en lo que es, la fragilidad y la inseguridad serán compañeras de viaje y, con frecuencia, pasará este perverso legado a sus hijos, cronificando así el círculo de la infelicidad y la dependencia.

Hay muchos ejemplos conocidos de personas que aunque han alcanzado éxitos sociales, laborales, económicos, y exponen al mundo una fachada impecable de éxito vital, son muertos vivientes poniendo toda su energía en llenar el abismo afectivo que llevan dentro; en nuestro día a día estamos rodeados de personas que tratan en vano de llenar ese vacío (que llamamos existencial, aunque realmente es afectivo) por los caminos más diversos, pero naufragando en lo personal con profundos sentimientos de vacío y soledad que produce la incapacidad para amar y ser amados.

Sin embargo, hay salida. Es imprescindible decirles a esas mujeres, que la niña dañada que llevan dentro y parece dirigir su vida, puede ser sanada. Como psicóloga que acompaño a muchas de estas mujeres, no creo en el determinismo y abogo por la capacidad resiliente que habita en cada ser humano. Tenemos el don de la libertad y la capacidad intrínseca para tomar el control de nuestra propia vida. Para ello es necesario tomar conciencia y poner nombre a aquello que nos dañó por difícil y brutal que esto sea. Y es imprescindible hacer un duelo: despedirnos definitivamente de la madre que no tuvimos, que ya no vamos a tener y no seguir buscando con manotazos de ahogado maneras infructuosas de compensar ese oscuro hueco. Asumir sin culpa alguna que la madre no se elige y que venimos al mundo programados para amar a quien nos toque para maternarnos. Tomar la decisión interna de poner distancia emocional y física de la mujer que no supo querernos y sobre todo, hacer del intento de no traspasar la herida a nuestras hijas, un objetivo vital, una cruzada.

jueves, 5 de marzo de 2020

¡Cómo saber si tu suegra es tóxica

Estas son las principales características:
  • Es negativa: Hace un drama de todo y siempre ve el lado negativo de las cosas.
  • Siempre quiere opinar e imponer su opinión: Si no se hacen lo que quiere, se enfada.
  • No es autocrítica: Lo que hace siempre está bien hecho.
  • No siente empatía. Solo tiene en cuenta lo que siente ella.
  • Su hijo/a es el mejor. Debe ser el que manda. Tú no.
  • Es egocéntrica. Procura siempre ser el centro de atención.
  • Es egoísta. Habla siempre de ella sin escuchar. Espera mucho de ti y no da nada a cambio.
  • Es criticona. Señala defectos y jamás elogia.
Generalmente desarrolla una o más de estas actitudes:
  • Manipula a tu pareja.
  • Procura influir en vuestras decisiones.
  • Te desprecia.
  • Te boicotea.

Procurará alterar tus decisiones

Cada decisión importante parece que haya de pasar por el filtro de tu suegra. Intentará influenciar a tu consorte indirectamente, o directamente hablando a solas con ella.
A veces tendrás la sensación de que hay cosas que no debes hacer con tu cónyuge por si le sienta mal a tu suegra.
A una suegra tóxica se la reconoce por el desprecio o la forma despectiva con la que comenta cualquier asunto que esté relacionado con su nuera o yerno.
Tienes la sensación de que jamás fuiste suficiente para ella. Piensa que no eres mucho para su hijo/a, y te lo demuestra continuamente. De forma aparentemente inocente, te pondrá en entredicho, resaltará tus errores y, tan sutilmente, que sus reproches solo serán evidentes para ti.
Generalmente una suegra tóxica también es una madre tóxica, por lo que tu par creció en un ambiente tóxico en el que se le inculcaron hábitos que podrían perjudicar vuestra relación.
Crio a sus hijos haciéndoles muy dependientes de ella, por lo que podrían haber desarrollado baja autoestima, ser incapaces de tomar decisiones y generar continuos sentimientos de culpa.
Es una madre que acaba convirtiéndose en la perfecta saboteadora de la felicidad matrimonial de su hijo/a.

Cómo enfrentar a una suegra tóxica

Poner límites

Nuestras  decisiones jamás deberían ser decididas por terceras personas. Que tú y tu pareja os reconozcáis como un núcleo familiar independiente es fundamental. La independencia en la toma de decisiones es el primer paso.

Comprende

Antes de acusar a tu suegra de cualquier cosa, analiza la situación, porque puede que también tú intentes manipular de alguna manera. ¿De verdad estás siendo sincero con tu pareja? ¿O arremetes contra tu suegra intentando manejar sus sentimientos?

Una vez definida la situación, procura resolver los problemas que genera tu suegra en la relación.
Es su madre, pese a todo, y tiene mucho poder sobre su persona y si tú atacas a su progenitora con mentiras, insultos o quejas desmedidas estarás actuando como ella.
Adelántate a sus actos y a sus malas actitudes evidenciando como es realmente procurando corregir la visión distorsionada que tendrá tu pareja. Si tienes razón debería reconocer que su madre manipula vuestra relación.

Pon distancia

Pero, aunque te lo reconozca, la influencia que su madre no se desvanecerá de golpe y es recomendable empezar a mantener menos contacto con tu familia política sin pretender ningún repudio, aunque limitando el tiempo que compartís.
Manteniendo cierta distancia de ese ambiente manipulador, tu compañera/o irá poco a poco liberándose de esa perniciosa influencia.

Tu pareja necesita apoyo

No ataques a tu consorte, está viviendo una situación muy difícil.
Las personas dependientes se sienten incapaces de tomar iniciativas y están acostumbradas a que tomen decisiones por ellas. Con el tiempo adquirirá la independencia que nunca tuvo.
Suegra :

Apoya

Los hijos no son pertenencia de los padres y por más que no compartan sus decisiones, unos progenitores sanos ofrecerán apoyo antes que criticar.
La relación con los hijos tiene límites que no deben sobrepasarse. Los insultos, reproches o manipulaciones no se deben producir entre seres queridos.

Conclusión

Si tu familia política es manipuladora, si tienes una suegra tóxica !  lo más importante es mantener el control de tus emociones, establecer límites e intentar mejorar en lugar de destruir relaciones.